Dentro de unos días, los que vivimos en el hemisferio norte, celebraremos la llegada de una nueva estación, la primavera; y el otoño en el hemisferio sur.
Me gusta la primavera, su fuerza, su energía. Venimos del invierno donde la luz es más escasa y el frío es un compañero fiel. La primavera anuncia la llegada de la vida, y lo hace a lo grande, estallando en color, fragancia, verdor, fuerza, impulso, pasión. La claridad y la luz, alargan los días; sentimos como el calor acaricia la piel, ayudándonos a despertar de un largo período de reposo y descanso.
Comenzamos a ponernos en marcha. Si observamos alrededor, el colorido de las flores, su aroma, el trino de los pájaros, actúan como un despertador energético, que dice, ponte las pilas, es hora de activarse, de desarrollarse, de planear, de crecer, de avanzar.
En el tarot, hay una carta que asocio con la primavera, y es la Emperatriz, el arcano mayor número III. Madre tierra, expansión, crecimiento, color, aromas, abundancia, desarrollo, impulso, fuerza son algunas de las palabras que definen a ambas. Es el momento en que comienzan a verse los frutos de las semillas que se plantaron con anterioridad; también de las nuestras, proyectos, ideas, creaciones, pensamientos... Pasamos de la introspección a la maduración, del tiempo que todo proyecto necesita para fraguarse a su puesta en marcha, a su desarrollo.
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La imagen pertenece a la carta III La Emperatriz del Tarot Mítico de Liz Greene.