Acabamos de volver de las vacaciones de Semana Santa. Un pequeño respiro para poder descansar, estar con la familia, los amigos, divertirse, estar en silencio, conectar con uno mismo...
En mi caso, hemos aprovechado estos días para hacer limpieza de la casa, más bien, zafarrancho de combate. Días en que hemos estado terminado de hacer algunas tareas que teníamos pendientes como terminar de montar un armario, decidir el color en que vamos a pintar las paredes, recoger, limpiar y ordenar.
Tareas que han llevado más tiempo del que pensábamos. Días en que la paciencia, el cansancio, la concentración, los puntos de vista y maneras de hacer las cosas, se ponen a prueba; o lo que es lo mismo, descubres cuál y cómo es la capacidad de adaptarse al otro, el gran amor que existe y a pesar a los retos, confirmas que no sólo sigue firme y seguro, sino que crece y se fortalece.
El hacer limpieza, conlleva más beneficios, como el poder dedicarte un tiempo para pensar qué deseas hacer con tus pertenencias, guardarlas, donarlas, tirarlas. Mientras estás en ello, de manera simultánea comienzas a hacer lo mismo con tu mente y corazón, tus emociones y sentimientos, tus pensamientos e ideas. Descubres que estás pensando, sintiendo en qué momento de tu vida estás, hacia dónde te diriges, cuál te gustaría que fuera la meta, con qué herramientas y apoyos cuentas para poder lograrlo.
Poco a poco, mientras pones en orden los zapatos y los jerseis, vas desechando ideas y sentimientos que ya no tienen mucho sentido por haber pasado ya su tiempo, ser un lastre, tóxicos o y no merece la pena quedarse anclados en ellos. Vacías la mente para ordenarla, para dar espacio a lo que es realmente importante.
Sí, es cansado y es posible que tengas que volver a ordenar de nuevo lo que creías que ya estaba en su sitio. No des por finalizada la tarea, todo está en constante movimiento. Si nos quedamos quietos, no fluimos y nos estancamos. Abramos las puertas a la vida, renovémonos, vamos a dejar que entre el aire fresco y después, ya decidiremos qué hacemos. Recuerda, todo es válido. Todo es perfecto y tiene sentido aunque en ocasiones, nos lleva toda la vida el descubrirlo. Deja que siempre sea primavera en tí.
La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.
Es verdad, cada vez que hago orden y limpieza en mi casa, me siento contenta y renovada. Es casi como una terapia. Besos
Si, es una terapia a todos los niveles. E incluso, hacemos ejercicio ;).
Y además, la excusa perfecta para dejar preparada la ropa de la nueva temporada.
Besotes.
No puedo añadir nada más a tu comentario. :D. Estoy de acuerdo con lo que dices.
Besotes.
Que reconfortante es saber que a pesar que estamos a un oceano de distancias, podemos experimentar las mismas cosas. Es saber que no estamos solos con nuestros duelos, como en mi caso. Yo tambien he estado haciendo limpieza en casa, cambiando algunas cosas de lugar, perfumando los rincones y acomodando ropa. Esta bueno porque me ha servido para sentirme, no se, limpia a mi. He encontrado cosas guardadas, recuerdos de mi papa, de mi infancia, en fin, hasta leer tu entrada no me habia percatado de que me he estado limpiando y acomodando a mi misma, a mi alma...gracias !
Besos!
Myrian
No siempre somos conscientes de que al hacer ciertas tareas, ejercicios y actividades, tienen un beneficio mayor del que puede verse a simple vista.
Algunas veces, vemos los resultados de manera inmediata; y otras veces, lleva más tiempo.
Lo importante es hacer limpieza a todos los niveles :D.
Besotes.